Covidnomics días 18 y 19 - Nos habíamos acostumbrado pero...
El rugido de Muckraker
Nos habíamos acostumbrado a que por las noches se ponía el sol y a la mañana siguiente volvía a salir. ¿Pero y si, de repente, esto no sucediera más? ¿Y si el mundo no fuera a ser mañana tal y como lo conocemos hoy?
Nos habíamos acostumbrado a creer ser imprescindibles en nuestro trabajo, a trabajar en la mejor empresa, a aspirar cada año a tener más sueldo, más bonus, a que nuestra tarjeta de visita pusiera bajo nuestro nombre un cargo cada vez más ascendente y, si era en inglés, mejor que mejor, a tener el mejor despacho, el último IPhone, a buscar reconocimiento en otras empresas del sector para así aumentar los dígitos de mi nómina, a pedir blindaje en mi contrato, coche eléctrico y de empresa, business class para volar y tarjeta black para atenciones a clientes o con un mismo, ¿por qué no?
…Pero, ¿y si en mi empresa mañana no se encendiera la luz? ¿si las puertas no abriesen ya más? ¿si la centralita no respondiera más a las llamadas? ¿si no recibiese mi nómina al final de mes?¿ni al otro ni al otro?
Nos habíamos acostumbrado a tener el último coche con la última tecnología, a tener la casa en el barrio más chic de Madrid, a ir vestidos siempre con la última tendencia que instagramea el influencer más guay del momento, a ser super foodies y presumir de haber estado en el último gastrositio recién abierto, a viajar a donde nadie haya viajado antes y cuanto más lejos mejor, a tener más grupos de whatsapp que amigos, a subir fotos a Instagram donde la blanca sonrisa no deja ver el entrecejo fruncido…
…Pero, ¿y si nada de eso tuviera sentido en un mundo donde llegar vivos al día siguiente fuera el único afán?
Nos habíamos acostumbrado a rezar a un Dios lejano, a que fuera parte del paisaje de la casa de nuestros abuelos, a acordarnos de él solo en la muerte y en el sufrimiento por si acaso, a no buscar más verdad que la nuestra ni más fe que la de nuestro equipo los domingos…
…Pero, ¿y si ese Dios no fuera algo ajeno sino alguien que sufre como yo estos días? ¿si mi relación con él fuera personal, íntima, de padre a hijo? ¿si en estos momentos oscuros fuera él el que me lleva en sus brazos, el que me arrulla en su regazo?
Nos habíamos acostumbrado a tener salud, a tener un hospital a mano, un médico amigo, a solucionar nuestros problemas con pastillas de colores, a oler las flores en primavera y a sentir la brisa del mar en verano, a ver lo que nos interesa y, también, lo que no, ir donde queremos ir y tener lo que queremos tener…
…Pero, ¿y si ya no oliera a nada? ¿si perdiera el gusto para siempre? ¿si no hubiera pastillas para mi dolencia?¿si no hubiera aeropuerto de destino?
Nos habíamos acostumbrado a levantarnos cada mañana al lado de nuestra mujer, a sentir la respiración pausada de nuestros hijos mientras duermen, a hablar con nuestros padres cuando les necesitamos, a reír con los amigos de verdad y, a veces, con los de mentira…
…Pero, ¿y si mañana me levantara solo? ¿si el único ruido de mi casa fuera el silencio?¿si no pudiera volver a estrechar fuertemente las manos de mi madre?
Nos habíamos acostumbrado a mandarte cualquier información que pudiera ser de tu interés estos días, en esta serie que hemos denominado Covidnomics. Por eso, te adjuntamos a este rugido la nota (ver nota elaborada por PQS) que hemos preparado sobre Real Decreto-ley 11/2020, de 31 de marzo, por el que se adoptan medidas complementarias en el ámbito social y económico para hacer frente al COVID19 (ver RD-Ley completo). Como su propio nombre indica, se trata una serie de medidas que son complementarias a las establecidas por otros RD-ley (el 6, 7, 8, 9 y 10/2020) que fueron dictados desde el comienzo del estado de alarma o unos pocos días antes, y que tocan dos ámbitos: el económico y el social, estrechamente ligados uno con el otro. Todas estas normas buscan la salida en V o U a la actual hibernación económica, evitando que el impacto del COVID19 sea de carácter estructural y lastre la recuperación una vez superadas las circunstancias actuales.
Nos habíamos acostumbrado a tantas y tantas cosas que se nos había olvidado algo muy importante: que no valemos por lo que tenemos, sino por lo que somos. Y somos lo que amamos. Y a amar no te puedes acostumbrar nunca.
Muckraker
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