Covidnomics día 47 - La Justicia y el Hoyo

 

El rugido de Muckraker

 

Probablemente no lo sepas, pero la película española El Hoyo, esa pequeña obra maestra del director vasco Galder Gaztelu-Urrutia, se catapultó como la película más vista de Netflix, tanto en España como en Estados Unidos, nada más estrenarse en la plataforma hace un mes en pleno estado de alarma. Ahí es nada. Y al leer el Real Decreto-ley 16/2020 publicado en el BOE ayer, norma que hemos analizado y publicado resumen con las principales medidas procesales, concursales y societarias (ver nota completa), no puedo por menos que acordarme de esta película, tan sui generis como difícil de explicar. Y ojo que no va de Princesas de Disney, no es apta para todas las sensibilidades. El hoyo es realmente un “centro de autogestión vertical”, una especie de cárcel con dos personas por nivel, en los que una plataforma repleta de comida baja desde el nivel cero hasta más allá del nivel 200. Hay comida suficiente para que la misma llegue a todos los niveles pero, en la práctica, los de los niveles más bajos solo comen lo que los de más arriba les van dejando y conforme se va bajando de nivel la comida va escaseando, sin que por lo tanto quede suficiente comida para los que están en los niveles más bajos.

Así, el egoísmo, lo salvaje, la desesperación, la falta de solidaridad, las pasiones, la supervivencia fraticida luchan entre sí frente a un personaje idealista que defiende el raciocinio, el sacrificio, la solidaridad y la esperanza. El Hoyo en esencia pura. ¿Y quién gana? Lo que está claro es que la Justicia no, a tenor de lo dispuesto en el RDL 16/2020 (y seguimos de record Guinness, auténtica lujuria normativa). Porque las medidas adoptadas parecen más parches apropiados para tapar los asuntos de urgencia provocados por la crisis sanitaria que algo tendente a preparar desde ya la gran reforma estructural que necesita la Administración de Justicia. Es curioso, porque dicha reforma lleva ya años en las agendas políticas y de todos los players jurídicos pero como no se traduce en votos y escaños para los amigos, pues hoy no, mañaaaaaana (que diría José Mota). Es decir, se hace ya perentoria una reforma de la Justicia pero de una vez por todas estructural y en profundidad, superando los complejos y los miedos, por lo que no creo que tales medidas, como declarar hábil el mes de agosto, puedan ayudar a esa gran reforma pendiente. Ese no es el problema. Eso es pasar los platos de niveles superiores a los inferiores. Otra cosa muy distinta es si hay o no comida en esos platos. Porque puede no llegar a los de abajo, donde habita la Justicia. No es el Hoyo. No se lo merece. Obvio.

      Muckraker